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¿QUÉ DICE TU FIRMA DE TI?

“La escritura es el relieve visible del pensamiento” –Hyppolite Michón-

La mayoría de veces no damos ninguna importancia a nuestra firma: es, para la mayoría, un garabato que sirve legalmente para identificarnos. Sin embargo en un autógrafo quedan plasmados los principales rasgos de nuestro temperamento, nuestras ambiciones y como no, también nuestros miedos.

Aunque es muy arriesgado decir que podamos conocer la personalidad de alguien sólo por la firma, si que podemos obtener indicios de su carácter. Además, en la firma solemos incluir también una rúbrica o trazos que acompañan o sustituyen al nombre. Todos estos “adornos” hablan de forma inconsciente de nosotros mismos.

Antes de pasar a ver algunos rasgos, me gustaría aclarar que la grafología es una técnica proyectiva, que defiende la tesis de que a través del estudio de la letra podemos averiguar la personalidad de un individuo, de su parte consciente y de la inconsciente y de la forma en que se relaciona tanto consigo mismo como con los demás. Ninguno de los rasgos es determinante en sí mismo, sino que es el conjunto de ellos, analizados, los que nos darán el retrato robot de la personalidad analizada.

Vamos a ver algunos de estos rasgos generales:

Nombre y apellido:

Hay quien usa su nombre y apellido completos, quien utiliza sólo uno de los dos y abrevia el otro, o quien sencillamente usa sólo un garabato.

Si tenemos en cuenta que el nombre refleja nuestra vida personal y el apellido la profesional, podemos decir a grandes rasgos que:

  • Escribir nuestro nombre y apellido completos es señal de seguridad, autoaceptación y aprecio por nosotros mismos, y un perfecto equilibrio entre la vida personal y profesional.
  • Cuando el nombre se abrevia o suprime, tenemos un rechazo por nuestra infancia y un deseo de olvidar el pasado.
  • Cuando el apellido materno se suprime, generalmente indica un conflicto paterno no resuelto, que queda grabado en nuestro inconsciente
  • Firmar sólo con las iniciales puede indicar un profundo sentimiento de culpa.
  • Si escribimos el nombre y el apellido en dos planos diferentes nos estamos infravalorando y denota que en nuestro interior tenemos un conflicto que nos hace sentir como “divididos”.
  • Si hablamos del tamaño de la firma, es bastante lógico lo que nos dicen los grafólogos: la firma grande corresponde a personas que tienen deseos de hacerse notar y figurar, mientras las pequeñas son de aquellos que quieren pasar desapercibidos.
  • Cuando el nombre es más grande que el apellido nos encontramos con alguien que está atado a experiencias de su infancia, mientras que al revés nos indica que es una persona que tiene la necesidad de tener éxito social.

¿Y la rúbrica? Tan importante como la firma son esas rayas que utilizamos para identificarnos ante los demás. Sabiendo que escribir a mano implica a los ganglios basales, la parte del cerebro que es la base del inconsciente, junto con el hemisferio derecho y el cerebelo, podemos ver que la rúbrica puede enseñarnos mucho de nosotros mismos.

En grafología hay una máxima que dice “a menos rúbrica, más personalidad”. Esto quiere decir que las firmas más simples corresponden a las personas que se sienten más seguras de sí mismas y al revés.

Las rúbricas que envuelven la firma por líneas que las encierran denotan inseguridad, dependencia, inmadurez y fuerte apego por la figura materna. También hablan de una necesidad de esconderse.

Cuando la rúbrica tacha la firma, o la cruza, representa un temor a ser atacados por los padres, en especial por el padre. También indica deseo desmedido de perfección. Cuando la rúbrica no sólo tacha, sino que también hace ilegible la firma podemos deducir que es una persona que tiene temor a mostrarse tal y como es, con sentimientos de inferioridad y temores ocultos.

En algunas ocasiones hay una raya que subraya la firma. Cuando se dirige de derecha a izquierda es un ancla que te lastra al pasado, es un freno e indica miedo a avanzar. Suprime este “ancla” y avanzarás mucho mejor.

Por último, el lugar donde se localiza la firma nos da también datos sobre la personalidad, en concreto de cómo se ubica frente a sí misma y frente al mundo. Las inclinaciones en el texto o la ubicación en la parte izquierda, central o derecha, o sobre una línea nos habla de diferentes tipos de temperamento.

Si la firma se sitúa a la izquierda, o se inclina hacia la izquierda hablamos de desilusión y temor frente a los demás. Es una persona que se impone limitaciones a sí misma para conseguir sus objetivos.

Cuando la firma se encuentra en el centro de la línea hablamos de una persona indecisa, que tiende a posponer sus planes y proyectos. Si, además, la firma es grande, es una persona teatral.

Y por último, si firmas a la derecha o con inclinación hacia la derecha, eres una persona independiente, orgullosa e individualista, aunque con algo de inestabilidad y necesidad de ocuparte de varias cosas al mismo tiempo.

Tu escritura refleja tu inconsciente. No es magia, es ciencia. Si reeducas tu letra, reeducas tu inconsciente. Y sabiendo que el inconsciente está detrás del 90% de nuestras acciones, qué no podrás conseguir con un inconsciente empoderado?

 

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