Con la Grafología, como ya hemos hablado otras veces, podemos hacer un análisis de la personalidad a través de la escritura y los signos gráficos. No hay dos personas que se muevan igual, por eso no hay dos escrituras iguales, ni siquiera la escritura de la misma persona en diferentes momentos es igual. Interpretar la escritura es parecido a interpretar el lenguaje no verbal de alguien, pero “congelado” y registrado en el papel como una huella dactilar. La escritura de un texto muestra la forma en que nos movemos por el mundo.
El análisis de la firma, en mi opinión, es además una de las partes más interesantes de la Grafología porque nos habla de nuestra identidad personal. Es nuestro “código de barras personal” mediante el cual nos responsabilizamos (o no) de lo que opinamos y revela aspectos esenciales de nuestro carácter.
Si muchos departamentos de recursos humanos y empresas de selección utilizan la grafología para evaluar a los candidatos, podemos usarla también para analizar a los políticos que trabajan, en definitiva, para todos nosotros, ¿verdad?
Con todo lo ocurrido últimamente en Chile me ha parecido muy interesante analizar la firma de su Presidente, y sin entrar en detalles, sí que me gustaría explicaros los rasgos que me han llamado más la atención.
La firma de Sebastián Piñera fluye continuamente hacia la derecha (el futuro y las oportunidades) y es ondulada, lo que son muestra de búsqueda continua de proyectos y oportunidades que intentará alcanzar a toda costa. Esto está en sintonía con su faceta de empresario, inversor en bolsa y una de las mayores fortunas de su país.
La dirección ascendente nos habla de un carácter optimista y emprendedor. Si os fijáis también se ve un predominio de la zona superior sobre la inferior, lo que india que el mundo real siempre será más pequeño que sus ambiciones.
Los ganchos de la zona inferior, sin embargo, nos habla de materialismo y temor a la pobreza.
En cuanto al tamaño de la firma, cuanto mayor es ésta, mejor concepto de sí mismo tendrá la persona. Lo normal es que las letras mayúsculas sean dos o tres veces mayores que las minúsculas, no más, y este es el tamaño recomendado por la Programación Neurocaligráfica. Sin embargo aquí vemos grandes iniciales, sobretodo en el apellido, que nos habla de la profesión.
Es una escritura sobrealzada (muy vertical) que potencia el orgullo personal y nos indica narcisismo. Es ilegible, lo que nos habla de que no se muestra fácilmente en la intimidad, tiende a esconder su verdadera personalidad en público. También vemos que está apretada en exceso entre las letras, sin espacios entre letras ni palabras, signo de falta de confianza, temor, mala disposición en las relaciones personales y tendencia a hacer críticas destructivas.
¿Qué te ha parecido lo que podemos ver sólo con una firma?