“Merece un hombre tanto como la estima que por sí mismo tiene”
Françoois Rabelais
AUTOCONCEPTO
Quien eres? o mejor dicho, qué imagen tienes interiormente de ti mismo?
Esta imagen, o el autoconcepto condiciona tu subconsciente, ya que por suerte o por desgracia las personas terminamos convirtiéndonos en aquello que creemos que somos. Es una influencia muy poderosa en la elección de nuestras conductas, ya vimos que la gran mayoría de las decisiones que tomamos son emocionales, parten del subconsciente.
El problema comienza cuando la percepción que tenemos de nosotros mismos está viciada por paradigmas que distorsionan la realidad de una forma en la que no somos conscientes. Hay un ejemplo muy gráfico que dice que el pez no es consciente de que vive en el agua hasta que alguien lo saca de allí. Si queremos transformar nuestra vida debemos empezar por mejorar nuestro autoconcepto, la imagen que tenemos de nosotros mismos. Olvidarnos de “yo soy así, qué le voy a hacer” porque cuando cambiamos nosotros, el mundo cambia también.
Los psicólogos afirman que la confianza que tenemos en nuestras capacidades se basa en los logros pasados. Por ello es importante que trabajemos un hábito, el de recordar nuestros logros y olvidar (o minimizar) los fracasos. El psiquiatra y neurólogo francés David Servan-Schreiber autor del best seller internacional curación emocional (Cairos -2003-) indicaba en una entrevista al periodista Víctor-M. Amela en abril de 2004: “Un recuerdo hermoso puede inducir varios minutos de coherencia cardiaca, que desencadenarán un incremento de la producción de IgA durante las seis horas siguientes, lo que estará reforzando el sistema inmunológico. Y, con ello, controlará su ansiedad y depresión, descenderá su presión arterial y aumentarán las tasas de DEA. ¡Toda su fisiología rejuvenecerá!”.
Dentro de la Programación Neuro Caligráfica, o Grafotransformación, es necesario cambiar la firma. Esto será un cambio radical, es una declaración de principios, como indica el Dr. Quim Valls, hemos de empezar con cambiar nuestra firma para empezar a vernos con nuevos ojos. Es la primera frase de una nueva biografía, ya que la firma muestra (o esconde) nuestro “yo personal”.
¿Y cómo deberíamos firmar? Veremos esto en el próximo artículo, con detalle.