Que la escritura manuscrita tiene muchas ventajas, se sabe desde hace tiempo, tanto de forma práctica como desde los conocimientos sobre el funcionamiento del cerebro que se han ido adquiriendo gracias a los últimos estudios en neurociencia.
La escritura ayuda y mejora el aprendizaje porque consolida la memoria a largo plazo, según los investigadores. Pero, ¿es realmente útil en las asignaturas de ciencias puras?
Kyle Pahigian, profesor de matemáticas de décimo grado en la Universidad Park Campus School en Massachusetts, para aprender geometría no bastan calculadoras y transportadores de ángulos. En su lugar, utiliza un mapa del tesoro que entrega a sus alumnos y les pide que escriban instrucciones detalladas para encontrar el tesoro enterrado.
No les dice a los niños «vamos a aprender sobre los triángulos» sino que hace que vivan la experiencia como algo real sobre lo que sienten que tienen control.
Muchos alumnos, y yo diría que muchos adultos también, nos sentimos intimidados ante los números y las matemáticas, así que transformar este ejercicio en un relato alivia parte de la ansiedad que se genera al mostrar conceptos matemáticos difíciles por primera vez.
En sus clases, Pahigian utiliza la escritura como una estrategia habitual de aprendizaje. En lugar de decir a sus alumnos qué es un polígono, les muestra imágenes de un conjunto de polígonos y otros que no lo son para que ellos escriban las diferencias que observan entre unos y otros. Los estudiantes reflexionan ante estas imágenes y redactan sus propias conclusiones, que después compararán con las de sus compañeros.
Un estudio reciente(más bien un metaanálisis) explica por qué escribir es una actividad tan beneficiosa en todo tipo de asignaturas, no solo en aquellas puramente «de letras» como historia o idiomas. Se analizan en este metaanálisis 56 diferentes estudios y sus conclusiones literalmente son: «Como se predijo, escribir sobre contenido mejoró de manera confiable el aprendizaje (…) Fue igualmente eficaz para mejorar el aprendizaje en ciencias, estudios sociales y matemáticas, así como el aprendizaje de estudiantes de primaria, secundaria y preparatoria».
Aunque generalmente la escritura se utiliza como método de evaluación, también es útil para recordar la información, establecer nuevas conexiones entre diferentes conceptos y sintetizar información de nuevas formas.
La escritura manuscrita es una herramienta para promover el aprendizaje, no solo para evaluar la adquisición de conocimientos.
A este efecto, a la fuerza que tiene la escritura en la consolidación de la memoria a largo plazo, se le conoce como «efecto de recuperación». La información se olvida rápidamente si no se refuerza, y la escritura ayuda a fortalecer la memoria de una forma realmente eficaz. Puedes leer más sobre este efecto en el siguiente estudio.
En el siguiente post seguiremos hablando de la fascinante utilidad de la escritura manuscrita en el aprendizaje.
Este post es una traducción libre de parte del siguiente artículo en inglés: https://www.edutopia.org/article/why-students-should-write-all-subjects